Hace mucho tiempo se buscaba una respuesta y ahora un estudio parece encontrarla: ¿puede ser que dormir poco incremente las chances de demencia?
Sí. Quienes duermen poco durante la edad, media, entre los 50 y 60 años, tienen mucho mayor riesgo de desarrollar demencia más adelante.
Es la conclusión de investigadores, cuyo artículo fue publicado en Nature Communications, el cual se basó en el seguimiento a casi 8000 personas durante 25 años, comenzando cuando tenían 50 años de edad.
Estuvo a cargo de investigadores de Francia, Inglaterra y Países Bajos.
Quienes de manera consistente reportaban dormir seis horas o menos en una semana promedio, tenían 30 % de mayor probabilidad de ser diagnosticados con demencia tres décadas más tarde. Esto en comparación con quienes dormían siete horas, que se considera lo normal.
Es un estudio importante e increíble: lograr diagnosticar tres décadas antes la probabilidad de que una persona desarrolle demencia.
Se sabe que la pre-demencia, la acumulación de proteínas en el cerebro vinculadas con el alzheimer comienzan 15 a 20 años antes de que la persona presente problemas de memoria y razonamiento.
La investigación tuvo en cuenta factores que pueden alterar los patrones de sueño o el riesgo de demencia, como fumar, ingerir alcohol, actividad física, índice de masa corporal y otros.
También se separaron quienes a los 65 años tenían enfermedades mentales. La depresión es considerada factor de riesgo para la demencia, y los trastornos mentales están muy ligados a las alteraciones del sueño.
El análisis de los participantes sin problemas mentales halló la misma relación entre quienes poco dormían y el mayor riesgo de desarrollar demencia.
Y no había diferencias entre mujeres y hombres.
Una de las flaquezas de la investigación fue que los reportes de sueño eran informados por las mismas personas, además la gran mayoría eran blancos, bien educados y más sanos que el promedio de la población británica.
El porqué se presenta la asociación entre el dormir poco y el mayor riesgo de demencia, no está claro. Las explicaciones van desde mayor actividad de las neuronas, a condición genética y a la peor calidad de vida de quienes duermen poco (tienen a comer más y a la obesidad).
Y aunque no es para estar pensando en que si duermo poco en la edad media voy a padecer demencia, lo mejor es tratar de dormir más horas y buscar ayuda si por uno u otro motivo no se logra.
Nota: con datos de Nature Communications y The New York Times.
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