Es una lucha entre la vida y la muerte, entre la gravedad y la radiación. El final está cerca, no hay escapatoria. En sus 31 años, el telescopio espacial Hubble entregó una imagen sorprendente de la estrella AG Carinae, una de las más brillantes de nuestra galaxia.
Una estrella que, literalmente, vive en el borde pero cuyo final es irreversible.
La corona de gas que se observa es de unos cinco años luz de ancha (solo un poco más de la distancia de nuestro Sol a la estrella más cercana, Proxima Centauri. Esa gigantesca estructura (una nebulosa) fue creada por una descomunal explosión hace unos 10 000 años. Las capas externas de este sol fueron lanzadas al espacio, una masa equivalente a 10 masas de nuestro Sol.
Un estallido típico de una estrella de esta rara clase, una variable azul luminosa, explosión que ocurre unas dos veces durante su vida. Es muy masiva y las estrellas así viven menos. Esta tiene unos pocos millones de años de edad y está para morir, en contraste con los cerca de 10 000 millones de años del Sol.
AG Cariane es 70 veces más masiva que el Sol y se encuentra a unos 20 000 años luz de nosotros. dentro de nuestra galaxia. Su brillo es como el de 1 millón de veces el Sol.
Hoy luce inestable y ha tenido otros estallidos, pero menores. Sigue irradiando y lanzando fuertes vientos cargados de partículas a una velocidad de más de 1 millón de kilómetros por hora, 10 veces más rápido que la nebulosa en expansión.
El material que se ve rojo es hidrógeno con nitrógeno. El rojo difuso arriba a la izquierda muestra dónde el viento ha abierto una especie de boquete.
Las estrellas como esta, variabe azul luminosa, son muy raras: se conocen unas 50.
AG Carinae explotará como una supernova.
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