La iluminación exterior influye en las personas. Foto Public Domain Photography
Una investigación demostró que los adolescentes que viven en zonas con mucha luz artificial tienden a dormir menos en la noche y también es más probable que tengan trastornos del estado anímico.
Los hallazgos fueron publicados en el Jama Psychiatry e ilustran la importancia de considerar varios factores ambientales y la exposición individual en la investigación sobre el sueño y la salud mental, de acuerdo con Diana Paksarian, investigadora.
Los ritmos diarios, incluidos los circadianos que actúan sobre los ciclos de vigilia-sueño son factores importantes para la salud mental y física. La presencia de luz artificial puede interrumpir esos ritmos alterando el ciclo luz-oscuridad que influye en procesos hormonales, celulares y otros más biológicos.
Ha sido más común que científicos investiguen la asociación entre luz artificial interior, los ritmos diarios y la salud mental, pero no se ha analizado mucho el impacto de la luz artificial exterior.
El estudio se basó en respuestas de jóvenes en un estudio nacional ne Estados Unidos de 2001 a 2004, que también incluída información acerca de las características del vecindario, la situación mental y los patrones de sueño en 10 123 adolescentes.
También usaron imágenes de satélite par calcular la cantidad de luz artificial en grupos de manzanas.
Además los adolescentes completaron un cuestionario para evaluar si cumplían criterios de varios trastornos mentales.
Los datos revelaron que a grandes niveles de luz artificial exterior los individuos tenían mayor probabilidad de tener un trastorno del estado anímico y ansiedad. Y era mucho más probable que cumplieran criterios de diagnóstico del trastorno bipolar o una fobia específica.
Pero se necesitarán otros estudios sobre las propiedades de la luz artificial, como brillo y composición espectral, para intervenciones enfocadas en esta clase de iluminación.
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