Podría haber más de una vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2. Foto Jernej Furman
Aunque se ha hecho mucho eco de la candidata que desarrolla la Universidad de Oxford, tiene, de acuerdo con expertos, un punto negativo. Hasta el momento, valga aclarar, pero es prometedora.
hasta el 29 de junio, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud había 16 candidatas a vacuna en pruebas clínica y otras 132 se hallan en evaluación preclínica.
Estas vacunas se pueden dividir en cuatro categorías:
Las basadas en coronavirus SARS-CoV-2 inactivado.
Las basadas en ácidos nucleicos, hay tres basadas en RNA y dos en ADN.
Las que usan otros virus para generar antígenos.
La otra usa una glicoproteína viral con un adyuvante que fortalezca la inmunidad.
Los que trabajan con RNA y ADN pueden avanzar con más rapidez, seguidas por las que se basan en fragmentos del virus. Aquellas dos tienen la ventaja de no requerir cultivo y son sintetizadas químicamente.
Así las cosas:
La más avanzada con RNA es la de la firma Moderna de Estados Unidos. Hasta hoy no existen vacunas con esta tecnología, por lo que no se sabe si responderá en humanos cuando terminen pruebas.
Trabajan con esta técncia BioNtech, Pfizer, Imperial College, la Armada China con la firma Walvax Biotech, y Curevac.
Con ADN trabaja Inovio Pharmaceuticals. Los voluntarios en las pruebas son tratados con un dispositivo que genera pulsos eléctricos que crean temporalmente poros en las células junto al sitio de la inyección, permitiendo que el DNA entre. Es una estrategia que ya se había desarrollado en otra ocasión, tiene buen registro de seguridad pero ninguna ha sido aprobada porque en general no generan una respeusta inmune fuerte.
Otras 11 candidata están en fase preclínica. Algunas han sido probadas en animales.
Con virus inactivados trabaja Sinovac en Beijing, habiendo reportado buena respuesta en roedores y macacos. No es sencillo trabajar así con coronavirus y eso genera dudas.
La candidata de la Universidad de Oxford, que ha promocionado su éxito con unos pocos voluntarios, usa un vector viral. En macacos generó protección en los pulmones, pero el virus seguía en la nariz, sugiriendo que los vacunados podrían seguir contagiando. Ya está en pruebas con un grupo mayor y se esperan resultados en dos o tres meses.
hay al menos otra docena de candidatas con vectores virales en estudios preclínicos.
Codagenix tiene una en desarrollo utilizando el mismo virus SARS-CoV-2 debilitado, técnica probada ya desde los años 1930, como en las paperas. La ventaja es que se podría administrar nasalmente, la desventaja es que este coronavirus tiene un genoma muy grande y no es fácil trabajar con esta técnica.
Novavax trabaja con una vacuna que usa empaqueta una proteína del coronavirus en una nanopartícula para generar una respuesta inmune. Necesita un adyuvante adicional. Esta candidata se ensaya en Australia y este mes deben entregar resultados iniciales.
Con todo esto, ¿al fin de cuenta cuándo podría estar lista una vacuna? Algunas firmas dicen que en tres o cuatro meses. Algunos científicos sugieren que en el mejor de los casos a comienzos de 2021 podría haber una distribuyéndose ampliamente en Estados Unidos y Europa.
Esta semana, por ejemplo, se conoció que la oficina de alimentos y medicinas estadounidense, FDA, presentó las guías para la posible vacuna. Es tanto el afán, que la que reciba aprobación debe garantizar al menos 50 % de efectividad previniendo la enfermedad o disminuyendo su severidad.
¿Estará próximo el comienzo del fin de la pandemia?
Nota: con información de Chemistry World y The Scientist.
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