Tororoi Grallaria rufula, ave de niebla y páramo incluida en el estudio. Foto U. Nacional
Y habrá que agregarle otras. Un estudio publicado en Zootaxa y The Auk, detalla otras especies halladas gracias al análisis genético, bien sea nueva o por otro rango de distribución.
Es la Grallaria alvarezi, cuyo nombre común es Chamí, homenaje a la comunidad Embera-Chamí en la Cordillera Occidental, de la cual esta ave se endémica. Se halla desde el Parque Nacional Paramillo en Antioquia hasta el Parque Munchique en Cauca.
Otra de las especies estudiadas es la Grallaria rufula, o Muisca porque su área de distribución está sobre la Cordillera Oriental.
Para encontrarlas se basaron en análisis genéticos, de canto y plumaje. Así confirmaron al comparar los cantos y los estudios moleculares que múltiples poblaciones son diferentes entre sí como especies y que llevan millones de años de separación aunque presentan un plumaje parecido, dice un informe de la Universidad Nacional.
El Instituto de Ciencias Naturales de esta, junto a la Universidad de los Andes, el Instituto Smithsonian, las Universidades de Kansas y Estatal de Luisiana en Estados Unidos más el Museo de Historia Natural de Dinamarca participaron en la investigación.
Andrés Cuervo, profesor del ICN, expresó que el estudio alerta que aún especies que se cree son comunes y que no tienen problemas de conservación, podrían tenerlos en realidad.
También se estudiaron una especie exclusiva de la Sierra Nevada de Santa Marte y otras de la Serranía del Perijá y de la Cordillera Central, del Parque Los Nevados hasta Nariño y el norte de Perú.
De las más de 1912 especies colombianas, 114 corren algún riesgo de extinción. Así, 9 están en peligro crítico, 30 en peligro y 31 son vulnerables, según el Libro Rojo de Aves de Colombia.
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