La situación es bien común. Creo que a casi todos nos ha sucedido: ¿hacemos ejercicio o... mejor no y nos comemos un postre y tomamos un café? Sí o no, la disyuntiva que tiene lugar en el cerebro cuando se trata de tomar una decisión sobre este caso.
De hecho, es uno de los propósitos de cada año que más fracasan: este año sí hago ejercicio. Y científicos en ETH Zurich parecen haber hallado al responsable de que se decida por el ejercicio o no.
Les explico: Descifraron qué químico y cuáles neuronas median en la decisión.
Y hay más:
Pero respondamos de una la inquietud: los responsables son la sustancia mensajera orexina y las neuronas que la producen.
Se sostenía que en esta decisión estaban implicadas otras sustancias como la serotonina y la dopamina, que fueron halladas hace mucho tiempo. La orexina es de hallazgo reciente.
"En neurociencias, la dopamina es una explicación popular de porqué elegimos hacer unas cosas y evitamos otras", explicó Denis Burdakov, profesor en aquella institución, pero "Nuestro conocimiento actual acerca de la dopamina no explica con facilidad porqué decidimos ejercitarnos en vez de comer", y eso se debe a que "Nuestro cerebro libera dopamina tanto cuando comemos como cuando nos ejercitamos, lo que no explica porqué elegimos una sobre la otra".
Para averiguar qué sustancia estaba implicada, los investigadores ingeniaron un experimento con ratones, que tenían para elegir una entre ocho opciones en pruebas de diez minutos, opciones entre las que estaba una rueda donde podían correr y una barra de dulce que también les gusta (como a nosotros porque contiene mucho azúcar, grasa y sabe bien).
Prosigo:
Había ratones normales y un grupo al que se le había bloqueado la orexina. Si se les ofrecía solo una opción de aquellas, no había diferencia. Pero cuando se les daban las dos al tiempo el asunto cambiaba.
El científico Burdakov comentó que "Esto significa que el rol primario del sistema orexina no es controlar cuánto se mueven o comen los ratones". ¿Entonces? Agregó que "Más bien, parece que es central a hacer una decisión entre una y otra (opción), cuando ambas están disponibles".
Es que cuando no tenían intacto el sistema orexina la decisión se inclinaba hacia comer la barra con el dulce.
¿Qué seguirá?
Esperen les cuento:
Se trata de validar en humanos los hallazgos, que pueden ser similares pues las funciones cerebrales son prácticamente las mismas en ambas especies. Para eso a las personas se les suministraría una droga que bloquea la orexina, que está autorizada para el insomnio, o examinar pacientes que sufren de narcolepsia, uno en 2000, que por razones genéticas tienen el sistema restringido.
De confirmarse, ¿Qué sigue?
No sería descabellado pensar en ofrecer una solución, para que hagan ejercicio, a quienes tienen alterada la orexina.
El estudio fue publicado en Nature Neuroscience.
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