Una verdadera cápsula del tiempo con 112 millones de antigüedad y no, no fue dejada por nadie, no había quién entonces, fue obra fortuita. La encontraron en la cuenca oriental de Ecuador. En aquel tiempo n existían los continentes como los conocemos, sino que esta región era parte del gran continente Gondwana.
La cápsula en realidad son pedazos de ámbar cristalizado. ¿Qué hay en ellos? Una buena cantidad de insectos que vivieron entonces. Por alguna razón quedaron atrapados en esa sustancia pegajosa.
El ámbar, o resina fosilizada de árboles,. data de hace 320 millones de años el más antiguo, pero es más común entre hace 120 y 70 millones de años -Cretáceo-, resinas que con frecuencia tienen 'bioincrustaciones'.
Pues en este caso sí que la cápsula del tiempo hallada las tiene. Ese ámbar está en la Formación Hollín, en aquella región ecuatoriana. Los científicos encontraron dos tipos distintos de ámbar: uno subterráneo cerca de la raíz de plantas que producen resina y otra al aire libre.
Entre 60 ejemplos en la última, se encontraron 21 incrustaciones biológicas que representan cinco órdenes de insectos, incluyendo dípteros, coleópteros (escarabajos) e himenópteros (un grupo que incluye hormigas y avispas), así como un fragmento de una telaraña. Además, la roca alrededor del ámbar contenía numerosos fósiles de plantas como esporas, polen y otras trazas botánicas.
Las características de los fósiles, dijeron los investigadores, indican que al ámbar se originó en un bosque cálido, húmedo, de densa vegetación y árboles productores de resina del sur de Gondwana.
Una cápsula del tiempo que revela, 112 millones de años después, cómo era la vida entonces.
El hallazgo fue publicado en Communications Earth & Environment.

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