La maya, en Centroamérica,
fue una de las civilizaciones antiguas más avanzadas, conocida por sus logros
en astronomía y matemáticas: calendarios precisos y registros celestes
detallados, pero para los científicos ha sido difícil comprender todos los
detalles de sus cálculos.
Ahora, una nueva investigación arroja luz sobre cómo predijeron futuros eclipses con notable precisión.
Se trata de un estudio publicado en Science Advances, que analiza el Códice de Dresde, el registro más famoso que se conserva de la astronomía maya. En particular, los investigadores se centraron en la tabla de predicción de eclipses, que abarca 405 meses lunares. Estudios previos no lograron explicar completamente la estructura subyacente de ella ni el mecanismo que utilizaban para mantenerla actualizada durante siglos.
Esta investigación desmiente la suposición, sostenida durante mucho tiempo, de que la duración de 405 meses de la tabla significaba que se creó únicamente para predecir eclipses. En cambio, los autores del nuevo artículo afirman que se diseñó como un calendario lunar para alinearse con el calendario astrológico maya de 260 días.
Utilizaron modelos y estadísticas para demostrar que la duración del ciclo de 405 meses, de 11 960 días, se alinea con el calendario de 260 días (46 x 260 = 11 960) mucho más estrechamente que con los ciclos de eclipses solares y lunares.
Escribieron que “Los especialistas en calendarios mayas anticipaban los eclipses solares correlacionando su ocurrencia con las fechas de su calendario adivinatorio de 260 días”, y agregaron que “La tabla de eclipses de 405 meses surgió de un calendario lunar, en el que el calendario adivinatorio de 260 días correspondía al ciclo lunar”. Es decir, el modelo maya para predecir eclipses solares surgió de su modelo para rastrear la Luna y armonizar sus calendarios.
Además, resolvieron el misterio de cómo los mayas podían ser tan precisos en sus predicciones. Se creía que, al terminar una tabla, comenzaban una nueva. Pero el estudio muestra que, para mantener predicciones correctas durante más de 700 años, los mayas utilizaban un sistema de tablas superpuestas. En lugar de comenzar una nueva, reiniciaban la siguiente con valores internos precisos de 223 o 358 meses antes del final de la tabla anterior para corregir pequeños errores astronómicos que se acumulan con el tiempo.
El equipo llegó a esta
conclusión modelando matemáticamente las predicciones de la tabla con una base
de datos histórica de eclipses solares reales visibles para los mayas entre el
350 y el 1150 de nuestra era. La actualización de la tabla de esta manera
garantizó que pudiera predecir todos los eclipses solares observables durante
siglos.

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