¿Cómo son las historias de vida en el discurrir de la ciencia? ¿Qué hay detrás de esas personas que sirven, con sus casos y situaciones, como puntas de lanza para que el conocimiento avance?
La siguiente es una conmovedora historia de una mujer cuya condición física ha servido para replantear el enfoque científico.
Investigadores del Massachusetts Institute of Technology acaban de demostrar que aquellos que una vez fueron ciegos pueden aprender a ver.
¿Cómo aprende a ver el cerebro humano? Si el cerebro es privado del suministro de la visión temprano en la vida, ¿puede aprender después a ver del todo?
Los investigadores del MIT están tratando de resolverlo con el análisis de pacientes que bien nacieron ciegos, quedaron ciegos muy jóvenes y luego pudieron restablecer su visión.
Los médicos han creído durante mucho tiempo que si un niño queda ciego en un periodo crítico muy pequeño, las posibilidades de que aprenda a ver luego incluso si su visión es restaurada, por lo que no son dados a operar quirúrgicamente para tratamientos como las cataratas a niños mayores de 5 o 6 años.
Pero, en un reciente caso de estudio, los científicos del MIT encontraron una mujer que había recuperado la vista a los 12 años, se desempeñaba casi normalmente con un conjunto de exámenes visuales de alto nivel cuando la estudiaron a la edad de 32 años, se reveló en el journal Psychological Science.
El estudio muestra que el cerebro es aún maleable en niños mayores, según Pawan Sinha, autor senior y profesor de Ciencias del Cerebro y Cognitivas en el MIT.
Este conocimiento podría beneficiar a miles de niños ciegos de todo el mundo, en particular en las naciones en desarrollo, que se suponía eran demasiado viejos para recibir algún tratamiento.
La mujer era de la India, donde al menos 450.000 niños sufren de ceguera, muchos de esos casos prevenibles, una situación que incide en la expectativa de vida pues los ciegos viven en promedio 15 años menos que los demás.
La mujer había recuperado la visión a sus 12 años. Antes de ser operada distinguía sombras pero sin forma. Cuando fue examinada por los científicos hace poco, su agudeza visual era 20/200, pero mostraba habilidades casi normales en la mayoría de los tests, incluyendo el reconocimiento de objetos y rostros.
Una de las tareas que no pudo hacer bien, fue la de la mirada fija, pues basaba sus respuestas de acuerdo a donde las cabezas de las personas estaban apuntando, no hacia donde apuntaban sus ojos. También parecía tardar más en cumplir algunas y tenía problemas visualizando objetos con sus ojos cerrados.
La mujer, identificada en el estudio por las iniciales S.R.D. no tuvo entrenamiento tras la operación cuando pequeña, por lo que aprendió con su propia experiencia.
Como habían transcurrido 20 años desde la intervención y el momento en que fue examinada por los investigadores del MIT, no se sabe cuánto tardo en adquirir el nivel actual.
Pero los hallazgos tendrán implicaciones para la idea de un período crítico para aprender cómo ver. Existen pocos estudios en humanos acerca de ese periodo, pero sí se han realizado en animales que indican que la recuperación visual es muy limitada tras unos pocos meses de estar sumido en la oscuridad.
Extrapolando este conocimiento a los humanos, podría concluirse que tratar a los niños ciegos luego de pocos años de edad tendría una utilidad limitada. Pero la evidencia del caso de S.R.D. y otros sugiere que la corteza visual retiene su plasticidad o habilidad para aprender nuevas funciones bien entrada la infancia.
Estos primeros resultados tendrán impacto en cómo los médicos ven la ceguera infantil. Ahora, al menos los oftalmólogos del MIT en la India, tienen mayores deseos de tratar pacientes mayores que antes miraban con desesperanza.
Tras el estudio, S.R.D. fue atropellada por un auto y falleció. Los investigadores recogen fondos para ayudar a su hija de 9 años, que permanece en un asilo para ciegos, con la posibilidad de que termine, como muchos otros en su condición, rechazada por la sociedad.
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