Cada día que pasa, los niños se están engordando más y más, debido a una dieta errónea y a la falta de ejercicio, pero hasta ahora los científicos han sido incapaces de descifrar cómo la actividad física juega un papel en la lucha contra la obesidad.
Un informe publicado en PloS Medicine esta semana, ofrece una esperanza a los atribulados padres, preocupados por la epidemia de la obesidad. Sugiere que aún un pequeño incremento en la rutina diaria de ejercicios, como caminar con el niño hasta la escuela, tendría resultados increíbles a largo plazo.
Mediante una moderna técnica, los investigadores descubrieron que 15 minutos al día de ejercicio moderado reduce en un 50 por ciento las oportunidades de que un niño sea obeso. Una pequeña caminata diaria sería de gran beneficio.
El profesor Chris Riddoch, de Bath University, estuvo al frente del estudio, que abarcó cerca de 14.000 niños. Para él, “este estudio provee una de las más firmes evidencias del vínculo actividad física-obesidad infantil”.
“Sabemos que la dieta es importante, pero lo que esta investigación nos indica es que no debemos olvidarnos de la actividad física. Es sorprendente cómo aún una pequeña cantidad de ejercicio entrega resultados tan importantes”.
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