Las especies que interactúan influyen entre sí. Una norma a la que el ser humano no escapa, situación reflejada en la siguiente nota:
Los humanos adquirieron de los gorilas los piojos del pubis hace mucho tiempo, de acuerdo con una investigación de la Universidad de la Florida en Estados Unidos.
No fue mediante encuentros sexuales. Fue algo más casual: cuando los antecesores de los humanos durmieron en los mismos nidos de los grandes simios, según David Reed, curador de mamíferos del Museo de Historia Natural de Florida en el campus universitario, uno de los autores del estudio publicado en el BMC Biology journal.
Esa extraña reunión se produjo hace unos 3,3 millones de años. Los piojos de los gorilas comenzaron a infestar a los futuros humanos. Ahora, en cuanto a la inquietud de cómo llegaron al pelo púbico, la explicación parece ser concluyente: para entonces los antecesores del hombre habían perdido mucha parte del pelaje que acompaña a los simios.
El estudio de pequeños bichos puede da rluces sobre aquellos primeros homínidos y su evolución, indicó Reed.
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