Esta noticia de ciencia parece increíble: se ha dicho que para reproducirse es mejor aprovechar la juventud, pero no es el caso de todos. Al menos no de los pájaros woodhoopoes verdes.
La duda es ahora protagonista de una de las mayores asunciones de la ecología del comportamiento, esta vez a cargo de investigadores de la Universidad de Bristol y publicada en Current Biology.
Pero vayamos al tema:
Comenzar a tener crías tarde en la vida es mala idea si usted desea maximizar el número de descendientes, o eso dice la teoría.
Los woodhoopoes verdes, unos pájaros, son una especie cooperativa que vive un año en grupos residenciales de 2 a 12 individuos, en el cual solo un par se reproduce por temporada. Los otros individuos ayudan a criar los hijos de la pareja dominante, mientras esperan para reproducirse ellos mismos. Consecuentemente, aunque machos y hembras adquieren la madurez reproductiva a la edad de un año, puede que los individuos no comiencen a reproducirse antes de varios años.
Utilizando datos recogidos durante 24 años, Andy Radford y sus colegas, demostraron que las hembras que comienzan a criar tarde en la vida tienen en realidad más descendientes que las que comenzaron primero. Los machos, por otro lado, cumplen las expectativas tradicionales de que un comienzo postergado de reproducción resulta en una menor descendencia.
Los investigadores establecieron la hipótesis de que esta sorprenden y aparentemente paradójica situación se debe a que las hembras que intentan comenzar a reproducirse primero tienen una alta tasa de mortalidad. En contraste, las hembras que comienzan tarde tienden a vivir más, tener mayor actividad reproductora y por lo tanto a producir más descendientes.
Radford dijo que “se ha asumido generalmente que machos y hembras sufren por igual de un comienzo reproductivo tardío, y muchos estudios han investigado cómo los pájaros no reproductores pueden mitigar este costo. Sin embargo, como en muchas facetas de la vida, los sexos difieren dramáticamente: aunque los machos de veras sufren por esa retardación, las hembras hacen bien en esperar”.
La razón por la que las hembras tienen tan alta tasa de mortalidad cuando intentan reproducirse es que no están en tan buena condición como las más adultas, postulan los investigadores. A raíz de que las hembras de esta especie ponen todos los huevos y cargan con toda la incubación, pagan potencialmente un costo alto. Es exacerbado porque al incubar huevos en la noche, la hembra duerme sola mientras el resto del grupo lo hace comunalmente. Ella, por lo tanto, sufre un posible costo termorregulatorio además de los costos asociados con la postura y la incubación. Si las jóvenes están en una condición más pobre que las adultas, morirán más probablemente a consecuencia de esos costos.
Later is better
This science news seems incredible: it has been said that to reproduce it is better to take advantage of the youth, but it is not the case of all. At least not of the birds Green woodhoopoes.
The doubt has now been cast on one of the biggest assumptions in the behavioral ecology, this time in charge of investigators of the University of Bristol and published in Current Biology.
But let’s go to the topic:
Starting to breed late in the life is bad idea if you want to maximize the number of offspring, or that says the theory.
The green woodhoopoes, some birds, are a cooperative species that lives one year in residential groups from 2 to 12 individuals, in which alone only one pair reproduces for season. The other individuals help to raise the dominant couple's children, while they wait to reproduce themselves. Consequently, although males and females acquire the reproductive maturity to the age of one year, individuals may not star breeding before several years.
Using data gathered during 24 years, Andy Radford and their colleagues, demonstrated that females that begin to raise late in the life have in fact more offsprign than those that began first. The males, on the other hand, met the traditional expectations that a deferred beginning of reproduction derives in a smaller number of descendants.
The investigators established the hypothesis that this surprising and paradoxical situation is due to that the females that try to begin to reproduce first have a high rate of mortality. In contrast, females that begin late tend to live more, to have bigger reproductive activity and therefore have more fledglings.
Radford said that "it has generally been assumed that males and females suffer equally of a beginning reproductive late, and many studies have investigated how the birds non-brreding might mitigate this cost. However, like in many facets of the life, the sexes differ dramatically: although the males seriously suffer for that retardation, the females make well in waiting."
The reason for which the females have so high rate of mortality when they try to reproduce, researchers postulate, is that they are not in so good condition as the most mature. Because breeding females of this species lay all eggs and conduct all the incubation, they pay potentially a high cost. It is exacerbated because when incubating eggs in the night, the female sleeps alone while the rest of the group makes it communally. She, therefore, suffers a possible thermoregulatory cost besides the costs associated with the posture and the incubation. If the youths are in a poorer condition that the mature ones, will more likely die as a consequence of those costs.
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