Miremos esta increíble noticia de ciencia:
El polvo del talco se ha utilizado para las generaciones para calmar la erupción de los pañales de los bebés y para refrescar las caras de las mujeres. Pero investigadores de la universidad de Florida informaron que este producto casero tiene un poder curativo adicional: La capacidad de impedir el crecimiento del cáncer cortando el flujo de la sangre a los tumores metásticos del pulmón.
El estudio, publicado en European Respiratory Journal, revela que el talco estimula las células sanas para producir endostatina, una hormona consideraba la bala mágica para tratar el cáncer metástico de pulmón. Los investigadores de UF dicen que el talco es un agente terapéutico nuevo emocionante para un cáncer en gran parte considerado incurable.
Los doctores han notado que los pacientes que experimentan una toracoscopia médica con polvo de talco viven más de 18 meses que lo esperado. Para averiguar el porqué, Veena Antony comparó fluido pulmonar de 16 pacientes con efusiones malignas pleurales antes y después de que los médicos espolvorearan sus pulmones con talco. Los resultados fueron sorprendentes.
Talcum powder
This is an incredible good new:
Talcum powder has been used from generations to calm the eruption of the diapers of the babies and to refresh the faces of the women. But investigators of the university of Florida informed that this household product has an additional healing power: The capacity to prevent the growth of the cancer cutting the flow of the blood to metastatic lung tumors.
The study, published in European Respiratory Journal, reveals that the talc stimulates the healthy cells to produce endostatin, a hormone considered the bullet magical to deal with the metastatic lung cancer lung. The UF investigators say that the talc is an exciting new therapeutic agent for a cancer largely considered incurable.
Doctors have noticed that patients who undergo medical thoracoscopy with talcum powder live up to 18 months than expected. In order to figure out why, Veena Antony compared pulmonary fluid of 16 patients with malignant pleural effusions before and after the doctors dusted their lungs with talc. The results were surprising.
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